lunes, 31 de marzo de 2014

Coches más eficientes. ¿Reducimos el consumo de energía?

En lo últimos tiempos, cada vez es más común ver en los productos que se compran la etiqueta energética. La etiqueta energética es un indicador que muestra a los usuarios de manera simplificada e intuitiva el consumo de energía (y las emisiones de CO2) que tiene ese aparato en relación a la media del mercado, para un mismo proceso.

Esta nueva tendencia, dicho sea de paso, impulsada por directivas europeas, es un gran paso hacia adelante en el duro proceso de cambio hacia un mundo más eficiente desde el punto de vista de los procesos que se llevan a cabo cada día, pero...
¿Puede estar convirtiendose también en un producto de marketing?


Los usuarios pueden llegar a plantearse cambiar su coche ineficiente, y de altos consumos energéticos, por uno con unos consumos mucho menores y de esta forma estar ayudando al medio ambiente, pero... ¿es esto cierto?

Vamos a explicar previamente dos conceptos para poder entender el resto del artículo:
Existen dos "tipos" de energía a tener en cuenta en cualquier proceso: la primera es la energía consumida directamente en el proceso, en el caso que nos ocupa, el combustible que consume el coche durante los viajes. El segundo, es lo que se denomina la energía embebida en el producto, y es la suma de la energía que se ha empleado para su fabricación.

[Pongamos un ejemplo: una persona media necesita diariamente unos 2 litros de agua para vivir. Un día cualquiera hace para comer verdura. La cantidad de agua que esa persona ha consumido en el día no son solo esos dos litros que ha bebido, sino que a esa cantidad hay que sumarle el agua que se ha utilizado para cocinar, más la cantidad de agua que se ha utilizado para regar esas verduras durante su proceso de cultivo, más la cantidad de agua que se ha utilizado en el proceso, suponemos industrializado, en su limpieza y embasado, etc. Estos conceptos se explicarán en otro post sobre el análisis de ciclo de vida (ACV).]

Vamos a extrapolar este mismo concepto al de un coche:
La energía aproximada para la fabricación y el reciclaje de un turismo es de 2,75tep (toneladas equivalentes de petroleo).
Teniendo en cuenta que un turismo recorre anualmente de media en España unos 15.700 km., vamos a comparar un turismo con un consumo medio de 5 litros a los 100km, (lo que resulta un consumo anual de 785 litros/año); y otro menos eficiente con un consumo de 7 litros/100, (lo que hace un consumo anual de 1.100 litros/año)
Para hacer los cálculos más sencillos haremos una serie de simplificaciones:
No se tiene en cuenta la energía embebida por la extracción del petroleo.
El consumo no aumenta con el envejecimiento del motor.

Teniendo en cuenta que cada litro de gasoil son aproximadamente 7.200 kcal. y que 1 tep son 1x10^7 kcal. 
Resulta la siguiente gráfica:



Concluyendo: obviando otros aspectos importantes, como el aumento de la seguridad, del confort, diseño, etc... reemplazar un turismo, bajo los supuestos expuestos, en términos energéticos tiene una amortización aproximada de más de 11 años. La energía necesaria para la fabricación de un turismo, es aproximadamente la misma energía que necesita dicho turismo para recorrer unos 62.000 km.

Por lo que después de hacer estos números gordos, nos queda la siguiente duda:
¿Es rentable en términos energéticos sustituir un turismo antes del fin de su vida útil? Por lo menos se ha sembrado la duda...

No hay comentarios :

Publicar un comentario