jueves, 10 de abril de 2014

EL NUEVO ARMAMENTO DEL SIGLO XXI



Desde hace tiempo sabemos que un gran número de las guerras declaradas en el mundo obedecen a causas energéticas. El control de las fuentes de energía es un tema capital para las potencias mundiales que, bajo distintos disfraces (protección de los derechos humanos, defensa de las democracias, derrocamiento de tiranos y sátrapas…), maniobran, buscando el afianzamiento de los suministros propios y el gran negocio, si es posible mediante oligopolios, de la venta de energía, controlando u ocupando los territorios productores. Pero más allá de la venta, que supone enormes beneficios económicos, nos encontramos con la potestad que tienen algunas de esas potencias para decidir quiénes van a disfrutar de la energía y quienes van a padecer la falta de ella.

No es algo nuevo. Ya sucedió en los inviernos del 2006 y 2009, cuando el gigante ruso de gas natural Gazprom detuvo el bombeo de gas a territorio ucraniano, lo que provocó también una importante escasez de suministro en los países europeos que consumen el gas ruso.

Hoy Vladímir Putin ha enviado una carta a 15 líderes de la UE y al gobierno de Turquía, advirtiéndoles de que el suministro de gas a Europa podría “verse afectado” si Ucrania no cancela la deuda que tiene contraída con Rusia, que según Gazprom asciende a 2.200 millones de dólares.

Rusia provee la cuarta parte del gas consumido en Europa, siendo Alemania, Italia y Turquía los principales compradores.



Putin, el “padrecito bueno”, como era llamado el zar, dice estar dispuesto a participar en el “esfuerzo” para restablecer la economía ucraniana pero solamente en el caso de que la UE colabore en igualdad de condiciones, ya que afirma que la crisis económica de Ucrania tiene su origen en el desequilibrio comercial con la Unión Europea. Sin embargo tiene un pequeño olvido. Parece ser que no recuerda bien que Rusia ha duplicado el precio que cobra a Ucrania por el gas, desde el derrocamiento en febrero del presidente pro ruso Víctor Yanukóvich.

Hoy hablamos de Rusia pero naturalmente este “armamento” no está sólo en sus manos.

España no consume gas ruso, lo obtiene de manera bastante diversificada si bien, según datos de Enagás, el 51% provino el 2013, por gasoducto, de Argelia, lo que tampoco es demasiado tranquilizador, habida cuenta de la situación, permanentemente larvada, de inestabilidad que existe en los países árabes y especialmente en el Magreb.

No obstante la situación española es relativamente privilegiada ya que además de la vía de los gasoductos, el GNL (gas natural licuado) llega a España por barco (los “metaneros”, unos buques especiales que trasladan el gas a presión atmosférica y a temperaturas muy bajas).  Posteriormente es tratado en siete plantas regasificadoras, lo que permite su ulterior traslado por gasoducto. Sin embargo la dependencia de las exportaciones es casi total (sólo producimos el 0.23% del gas consumido. El autoabastecimiento de energía primaria total llegó en 2012 al 26.2%, según datos del Ministerio de Industria, Energía y Turismo)



La tragedia de Ucrania (y la de los países dependientes de la UE, como consecuencia) es que este país no tiene otras alternativas. Los gasoductos, en general, no son reversibles, es decir el gas solo puede viajar en una dirección (desde Rusia). La vía marítima no es posible ya que los metaneros no pueden pasar por el Bósforo (además de la ausencia de plantas regasificadoras). Así pues Ucrania está “de rodillas” por la rebeldía cometido y, de paso, la UE advertida sobre las consecuencias de una postura demasiado favorable hacia ese país.

Parece evidente que la estrategia para evitar ser víctimas de estos personajes  que, como los “señores de la guerra” que son, tienen poder para infligir castigo a su antojo, pasa por no depender de su omnipotente y perversa voluntad. Para ello la vía es acudir al autoabastecimiento y a  las energías renovables ya que, al menos de momento, no existe gobierno en el mundo con el suficiente poder para interrumpir el suministro del sol, del viento, de las mareas…

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