La impresión tridimensional lleva ya algunos
años en el mercado de consumo, primero dedicada en exclusiva a profesionales y
desde hace algún tiempo queriendo alcanzar el mercado de gran consumo.
Cuando en
enero de 2011 intentamos imprimir una figura relativamente sencilla para
exponerla en una feria internacional (un cubo con algunos textos en bajo
relieve por tres de sus seis caras), la única empresa con la que pudimos entrar
en contacto que realizaba impresiones 3D estaba en Barcelona, y la impresión de
60 cubos (con un máximo de 6 cm de lado) llevaba cerca de 20 horas. La tecnología ha evolucionado, y ya es
frecuente leer en la prensa que hay quien ha intentado imprimir pistolas o que
se están realizando experimentos de impresión de tejidos u órganos humanos para
su uso en regeneraciones y transplantes.
LA IMPRESIÓN PARA LA CONSTRUCCIÓN
Dentro de las aplicaciones de la impresión 3D,
es ya constatable que le ha llegado el turno de experimentación a la construcción.
Así, la empresa china Winsun ha puesto en marcha en Shangai una experiencia
para demostrar que la la impresión por capas con grandes impresoras 3D es
aplicable a la fabricación de casas. Como ‘tinta’ utiliza una mezcla de cemento
con fibra de vidrio (aunque también está probando con el uso de residuos de
minas y materiales de desecho). De esta forma crea bloques constructivos que
parecen ser más ecológicos y resistentes que los habituales y sobre todo que no
se desperdician, al usarse la cantidad justa de material. Hay así dos objetivos
que se cumplen para todo arquitecto preocupado por el coste y el tiempo de sus
construcciones: son casas más baratas y que se construyen en menor tiempo. De
momento, el tejado es la única parte de la casa que se realiza
tradicionalmente.
Según
la agencia de noticias china Xinhua, las impresoras que usa la empresa pueden
crear hasta 10 casas de unos 200 m2 por día. Claro que esas impresoras miden 150
x 10 x 7 m para rociar la mezcla y construir las paredes, capa por capa.
TAMBIÉN EN EUROPA
En Ámsterdam también ven como viable la construcción
3D. Hace unas semanas arquitectos holandeses ensamblaron una vivienda mediante
varias piezas gigantescas de plástico, que diseñan para encajar como lo hacen los
juegos de construcción de los niños. Las
piezas se imprimieron en el lugar en el que se montó la casa.
La empresa
Dus Architects construye un modelo de vivienda de 13 habitaciones
con una impresora del mismo tipo de las que se emplean en educación e
industria. Las ‘impresiones’ pueden tener hasta tres metros de alto; la gran
precisión de la impresión permite que los bloques o muros se encastren para
rellenar la forma de hormigón. Utilizan como material una mezcla de
bio-plástico (con un 75% de aceite vegetal) reforzado con microfibras. También
han realizado impresiones con plástico transparente y una mezcla de fibra de
madera, que más tarde puede aserrarse y lijarse.
El proceso
de construcción comienza en las habitaciones, de diferente tipo, ensamblados
digitalmente y convertidos en un diseño estructural. Cada habitación se imprime
por separado, en el emplazamiento de la vivienda antes de formar la casa. La
estructura de cada habitación está en un guión (está en un script), y la habitación se ensambla. Las fachadas interior y
exterior se imprimen a la vez, en un elemento. En la segunda fase de la
construcción, las habitaciones se ensamblan en áreas (suelos) conectados y se ‘apilan’ formando la casa. Los aspectos
estructurales se prueban a dos escalas: digitalmente y en la vivienda
construida.
EFICIENCIA ECOLÓGICA. ¿ADIOS LADRILLOS Y
MORTERO?
Quizá porque el calentamiento global, antesala
del cambio climático, cala cada vez más en la opinión pública, todos los
experimentadores de proyectos de casas 3D hablan del menor impacto que este
tipo de construcción supone para el medio ambiente. Al reciclar, por ejemplo,
los residuos industriales de edificios demolidos y convertirlos en nuevos
materiales de construcción hábiles para formar parte de los bloques ‘impresos’ de
estas nuevas casas rompecabezas, aumenta la eficiencia energética, el coste (si
la impresora crea las piezas en el espacio en el que se va a construir la
vivienda, el ahorro en el transporte es claro) y posiblemente la seguridad de
los trabajadores (al tratarse de elementos que se ensamblan de forma sencilla y
muy estandarizada).
Estemos atentos al desarrollo de este tipo de
proyectos y veamos hacia donde nos llevan… o los llevamos si apovechamos las ventajas de coste y tiempo de las casas ·D y les añadimos el concepto de casa pasiva, de autoconsumo, ... veamos.
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