domingo, 18 de mayo de 2014

IMPRIME POR FAVOR DOS CASAS PARA MAÑANA



La impresión tridimensional lleva ya algunos años en el mercado de consumo, primero dedicada en exclusiva a profesionales y desde hace algún tiempo queriendo alcanzar el mercado de gran consumo.
Cuando en enero de 2011 intentamos imprimir una figura relativamente sencilla para exponerla en una feria internacional (un cubo con algunos textos en bajo relieve por tres de sus seis caras), la única empresa con la que pudimos entrar en contacto que realizaba impresiones 3D estaba en Barcelona, y la impresión de 60 cubos (con un máximo de 6 cm de lado) llevaba cerca de 20 horas.  La tecnología ha evolucionado, y ya es frecuente leer en la prensa que hay quien ha intentado imprimir pistolas o que se están realizando experimentos de impresión de tejidos u órganos humanos para su uso en regeneraciones y transplantes.


LA IMPRESIÓN PARA LA CONSTRUCCIÓN
Dentro de las aplicaciones de la impresión 3D, es ya constatable que le ha llegado el turno de experimentación a la construcción. Así, la empresa china Winsun ha puesto en marcha en Shangai una experiencia para demostrar que la la impresión por capas con grandes impresoras 3D es aplicable a la fabricación de casas. Como ‘tinta’ utiliza una mezcla de cemento con fibra de vidrio (aunque también está probando con el uso de residuos de minas y materiales de desecho). De esta forma crea bloques constructivos que parecen ser más ecológicos y resistentes que los habituales y sobre todo que no se desperdician, al usarse la cantidad justa de material. Hay así dos objetivos que se cumplen para todo arquitecto preocupado por el coste y el tiempo de sus construcciones: son casas más baratas y que se construyen en menor tiempo. De momento, el tejado es la única parte de la casa que se realiza tradicionalmente.
            Según la agencia de noticias china Xinhua, las impresoras que usa la empresa pueden crear hasta 10 casas de unos 200 m2 por día. Claro que esas impresoras miden 150 x 10 x 7 m para rociar la mezcla y construir las paredes, capa por capa.

TAMBIÉN EN EUROPA
En Ámsterdam también ven como viable la construcción 3D. Hace unas semanas arquitectos holandeses ensamblaron una vivienda mediante varias piezas gigantescas de plástico, que diseñan para encajar como lo hacen los juegos de  construcción de los niños. Las piezas se imprimieron en el lugar en el que se montó la casa.
La empresa  Dus Architects construye un modelo de vivienda de 13 habitaciones con una impresora del mismo tipo de las que se emplean en educación e industria. Las ‘impresiones’ pueden tener hasta tres metros de alto; la gran precisión de la impresión permite que los bloques o muros se encastren para rellenar la forma de hormigón. Utilizan como material una mezcla de bio-plástico (con un 75% de aceite vegetal) reforzado con microfibras. También han realizado impresiones con plástico transparente y una mezcla de fibra de madera, que más tarde puede aserrarse y lijarse.
El proceso de construcción comienza en las habitaciones, de diferente tipo, ensamblados digitalmente y convertidos en un diseño estructural. Cada habitación se imprime por separado, en el emplazamiento de la vivienda antes de formar la casa. La estructura de cada habitación está en un guión (está en un script), y la habitación se ensambla. Las fachadas interior y exterior se imprimen a la vez, en un elemento. En la segunda fase de la construcción, las habitaciones se ensamblan en áreas (suelos) conectados  y se ‘apilan’ formando la casa. Los aspectos estructurales se prueban a dos escalas: digitalmente y en la vivienda construida.

EFICIENCIA ECOLÓGICA. ¿ADIOS LADRILLOS Y MORTERO?
Quizá porque el calentamiento global, antesala del cambio climático, cala cada vez más en la opinión pública, todos los experimentadores de proyectos de casas 3D hablan del menor impacto que este tipo de construcción supone para el medio ambiente. Al reciclar, por ejemplo, los residuos industriales de edificios demolidos y convertirlos en nuevos materiales de construcción hábiles para formar parte de los bloques ‘impresos’ de estas nuevas casas rompecabezas, aumenta la eficiencia energética, el coste (si la impresora crea las piezas en el espacio en el que se va a construir la vivienda, el ahorro en el transporte es claro) y posiblemente la seguridad de los trabajadores (al tratarse de elementos que se ensamblan de forma sencilla y muy estandarizada). 

Estemos atentos al desarrollo de este tipo de proyectos y veamos hacia donde nos llevan… o los llevamos si apovechamos las ventajas de coste y tiempo de las casas ·D y les añadimos el concepto de casa pasiva, de autoconsumo, ... veamos.

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